Italparka. Antología.

Una antología de 15 relatos de horror en parques de diversiones.
Monstruos y fantasmas. Autos chocadores y montañas rusas.
Atracciones que muestran los dientes en un lugar en el que no todo es lo que parece.

Así dice la contratapa. ¿En qué estaba pensando cuando compré este libro?
Ya sé, en lo que me asustó leer 3 días.
Santa Guadaña lo hizo de nuevo, me metí en esto por culpa de Gonzalo Ventura.
Pueden leer como lo conocí y como terminé siendo su casi fan en la etiqueta que dice Lecturas. 

El prólogo de este libro es un viaje en super 8 volante, recuerdos hermosos que tuve en el ItalPark.
Las anécdotas en ese parque de diversiones están llenas de alegría y copos de algodón rosado.
Los cuentos seleccionados para esta antología son muy buenos, algunos increíbles. Hay que escribir terror, ¡chapeau! 
Como dice en la contratapa están ambientados en parques de diversiones, con lo cual se imaginaran que abundan espejos siniestros, fantasmas, payasos mas malos que It, muertos vivos, monstruos, montañas rusas que no frenan, enanos malditos, dientes afilados, muñecas terroríficas, el adivino (que casualmente en ese cuento era bueno), muertes, mutilaciones, etc.
Tantas veces dije ¡agh!, ¡uhh!, ¡ay no! ¿Genial no? Cumplieron su objetivo, me asusté.

El otro día en mis historias de Instagram leí el comienzo de Un odio que incendiase todo de Gonzalo Ventura. No, no lo voy a repetir. Lo escribo mejor.

1977
El parto había sido en un sótano. No sabía bien cuánto había pasado de eso, pero ahora la tenían atada a un camastro con un colchón todo sucio y de vez en cuando le traían al nene para que le diera la teta.
Sintió que alguien se acercaba del otro lado de la puerta y trato de aguantar el miedo. Podían ser dos cosas: iba a ver a su hijo o la iban a llevar para torturarla.
Escuchó los ruidos de las llaves. Ella estaba vendada, pero igual veía un poco. Lo suficiente como para saber quién era el que entraba. No había tenido suerte. No le traían al nene.

Este cuento me impactó más allá del tema del parque, porque tiene una historia terrible que es parte de nuestro pasado como país. Muy bien encajado todo. Ya desde el inicio te pone en la parte más alta de la montaña rusa y te empuja en un par de párrafos más adelante.




Otro cuento que también me gustó mucho es Hay olor otra vez, Rubén de Martín Etchandy. Me gustó porque amolda el tema de la soledad, las relaciones de pareja con el terror. Cómo uno siente tanto miedo al verse acorralado por el otro y actúa en consecuencia, en consecuencia de un cuento de terror, ¿no?
Una partecita:

Luego de que Iván, el desaliñado veinteañero que tenía a su cargo las hamacas voladoras, apagara la última atracción del lugar, Rubén cerró el candado de ingreso y se sentó a tomar un plato de sopa de verduras. Mientras disfrutaba del exquisito caldo y veía flotar los granos de choclo y pequeños trozos de zapallo en la cuchara, volvió a recordar aquellos momentos felices de su última relación. La Turca, había sido una mujer casada, ignorada por su marido, el cual solía desaparecer por varios días y volver borracho y malhumorado.

Conmigo este género se hace un festín. 
Yo que me sacaba los cartones que hacían de anteojos 3D cuando vi Tiburón en el 1900, que no podía ni ver Mingo y Anibal contra los fantasmas sólo por el título. Yo que casi vomito con el Exorcista y con 3 días del susodicho que mencioné más arriba.
El género se hace un festín conmigo, claro, si logran pegarme cada susto.
Funciona, se entiende.
La edición de Santa Guadaña es muy buena, buen papel, buenísima la tapa.
El día que fui a la presentación de la segunda edición en La Revistería tuve el placer de conocer a un par de sus autores y que me firmaran el libro: con lápiz negro. 
Y lo asocie con eso de madurar el hecho de usar lápiz y no tinta, aunque el motivo fuera completamente distinto...!ja!
En el prólogo Gonzalo escribe que todavia se siente en el Italpark y que eso no lo ve como un síntoma de no haber madurado. Al contrario, le parece genial sentirse ahí.
Leer terror y asustarte si es un síntoma de no haber madurado, por suerte.
Creer por unas páginas que abajo de la cama hay monstruos.
Este libro te deja eso.

Al que le gusta el susto y al que no, esta antología les va a encantar porque entre cuento y cuento te deja respirar.



Italparka.
Antología.
Santa Guadaña.




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