Teoría general del olvido. José Eduardo Agualusa.

Siento que estoy construyendo el olvido, dije.
Me gusta esa frase, contestó mi psicóloga ¿Leíste a Agualusa? Teoría general del olvido se llama el libro, se trata de una mujer que se encierra durante muchos años...pero leelo, te va a gustar.
Si hay algo que me vuelve loca (mi excusa perfecta para seguir yendo a terapia) es que las sesiones me lleven a algún libro.

Teoría general del olvido es una historia sobre el miedo a los otros que está situada en Angola -África-, en época del colonialismo.
Ludovica Fernández Mano vive recluida. Se niega a salir a la calle, cuando su hermana se casa ella se muda con el matrimonio a un departamento seguro, lleno de libros, donde se siente protegida. En la ciudad avanza la revolución y la lucha por la independencia. Una noche el matrimonio sale y ya no vuelve. 
Ludo -así le dicen- se encierra durante 30 años, construye una pared en el lugar de la puerta y queda sola, con la compañía de un perro llamado Fantasma.
Se desprende desde el primer momento el temor al otro, en todos los personajes. 

Dios pesa las almas en una balanza. En uno de los platos queda el alma, en el otro, las lágrimas de los que la lloraron. Si nadie la lloró, el alma baja al Infierno. Si las lágrimas fueron suficientes, y suficientemente sentidas, asciende al cielo. Ludo creía en esto. O le gustaría creer”

La escritura de Agualusa es cálida, carece de dramatismo. Teniendo en cuenta la historia podría ser una novela dramática, sin embargo el angoleño impregnó a sus personajes de ternura. Dejé sonrisas por varias páginas. Con una trama perfecta hizo que mi imaginación desborde, me invitó a construir rompecabezas con cada historia. 
Realismo mágico puro. Dice el autor que es imposible no usar la fantasía en el relato de la historia de los angoleños.

"Escribo tanteando las letras. Experiencia curiosa, pues no puedo leer lo que escribí. Por lo tanto, no escribo para mí. ¿Para quién escribo? Escribo para quien fui. Tal vez aquella que un día dejé persista todavía, en pie y detenida y fúnebre, en un desván del tiempo –en una curva, en una encrucijada– y de alguna forma misteriosa consiga leer las líneas que aquí voy trazando, sin verlas. Ludo querida: soy feliz ahora. Ciega, veo mejor que tú. Lloro por tu ceguera, por tu infinita estupidez. Habría sido tan fácil que abrieras la puerta, tan fácil que salieras a la calle y abrazaras la vida. Te veo acechar por las ventanas, aterrorizada, como un niño que se echa sobre la cama, en la expectativa de monstruos. Monstruos, muéstrame los monstruos: esas personas en la calle. Mi gente. Lamento tanto lo mucho que perdiste. Lamento tanto. ¿Pero no es idéntica a ti la infeliz humanidad?”

Con sorpresa en el final que tiene que ver justamente con la vida de la protagonista, Agualusa convida con una obra sencilla y a la vez deslumbrante. 
Alto poder hipnótico, maravilloso libro.






Teoría general del olvido.
José Eduardo Agualusa.
edhasa



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